El pobre Noé está desesperado, porque su arca está llena de ratones y, muy escurridizos, no es capaz de cazarlos. Todos los animales que le acompañan intentan ayudarle, pero hasta que no aparecen los gatos, no habrá manera de conseguir que estos dichosos ratones no se coman toda la comida.
Texto pensado para los más pequeños, en el que el movimiento, el colorido y el verso hacen que la puesta en escena sea muy divertida y que todo el grupo tenga cabida en ella.
La ilustración, muy infantil, acompaña perfectamente al texto, constituyendo una obra ideal para esta edades, tanto para ser leída como representada.